Real Sitio de Covadonga

Covadonga y la fundación de la nación española

Hay lugares en España que atraen a turistas de todo el mundo -la aún inacabada Sagrada Familia de Antoni Gaudí, las maravillas árabes de la Alhambra o el Museo del Prado de Madrid-, pero también hay sitios que atraen a un público mucho más local, monumentos como la Basílica del Pilar de Zaragoza, los panteones reales donde están enterrados reyes y reinas medievales o un monasterio donde se escribió por primera vez la lengua española.

El Real Sitio de Covadonga, escondido en lo más profundo de las montañas del Parque Nacional de los Picos de Europa, pertenece a este último grupo de destinos. Un pequeño y despreciable conjunto de monumentos, Covadonga ocupa un lugar especial en la psique nacional española por ser el lugar donde nació España.

¿Qué pasó aquí?

Fue en el año 722. Once años antes, los bereberes musulmanes del norte de África habían invadido la Península Ibérica, arrasando rápidamente el débil reino de los visigodos. Se estableció un nuevo emirato islámico que abarcaba casi toda la actual España y Portugal, excepto las escarpadas montañas que bordean el norte de la península. Fue aquí donde un remanente de la antigua clase dirigente visigoda había huido después de que el rey Rodrigo fuera asesinado y el gobierno se desmoronara. Se escondieron entre los solitarios valles fluviales y los escarpados picos montañosos que dominan la campiña asturiana.

Llámenlos nobles cristianos, llámenlos señores de la guerra bárbaros, sea quien sea, su líder se llamaba Pelayo. Y en el año 722, tras negarse a pagar el impuesto de la jizya que se imponía a los no musulmanes, Pelayo y los hombres bajo su mando entraron en combate contra una banda de tropas moras… y ganaron, aquí en Covadonga. Tras este éxito militar, Pelayo se trasladó a la cercana Cangas de Onís y fundó el Reino de Asturias, el primer reino cristiano fundado tras la conquista musulmana.

Evidentemente, las crónicas musulmanas restan importancia a la batalla de Covadonga, una pequeña escaramuza contra unos montañeses desarrapados en la periferia del califato. Pero esta batalla gozaría de un enorme estatus en el mito español, porque para los españoles cristianos representaba la primera batalla de la lucha de siglos por expulsar a los moros de España, una lucha que llamaron la Reconquista porque era un intento de «reconquistar» la península. La realidad fue mucho más compleja de lo que esta prolija propaganda hace parecer, pero esa es una historia para otro día.

El dominio cristiano se expandiría más tarde hacia el oeste, hasta Galicia, el sur, hasta León, y el este, hasta Castilla; es decir, de Asturias nacieron los predecesores del moderno Reino de España. Como dice el refrán, «Asturias es España, y todo lo demás es tierra conquistada».

La Santa Cueva de Covadonga

No es de extrañar, pues, que los españoles peregrinen a Covadonga, del mismo modo que los estadounidenses visitan los campos de batalla de Nueva Inglaterra o del Sur de Estados Unidos que desempeñaron un papel importante en la Revolución o la Guerra Civil.

Según la leyenda, la Virgen María se apareció durante la batalla para ayudar a los guerreros cristianos. Hoy en día hay una pequeña capilla dedicada a esta aparición de María, la Virgen de Covadonga, encaramada precariamente en, según dicen, la misma cueva donde acamparon Pelayo y sus soldados. Una estatua ornamentada llamada La Santina atrae cada año a fieles de todo el país.

Además, en Covadonga se encuentra la tumba del propio Don Pelayo. Originalmente fue enterrado en Cangas de Onís, la primera capital de Asturias, pero sus restos fueron trasladados aquí en el año 1200, lo que aumenta la importancia histórica de la zona.

Una basílica neomedieval

Frente a la Santa Cueva se encuentra una imponente basílica de principios de siglo construida en honor a la Virgen de Covadonga. Construida en atractiva piedra caliza rosa, la austera iglesia de estilo románico se terminó en 1901 y domina la pequeña cima de la colina que constituye Covadonga.

Aparte de la bonita piedra rosa y el dramático telón de fondo, no hay mucho que ver en esta basílica relativamente nueva.

Próxima parada: los Picos de Europa

Cuando visité Covadonga como parte de un viaje por carretera que mis compañeros de casa y yo hicimos juntos el pasado otoño, fue una breve parada en nuestro camino para disfrutar del hermoso paisaje del Parque Nacional de los Picos de Europa. Covadonga está a mitad de camino entre el pueblo de Cangas de Onís y el impresionante lago glacial Enol. Más información en los próximos días.

¿Habías oído hablar antes de Covadonga? ¿Cuál es tu opinión: reconquista o simplemente «conquista»? ¡Debate abajo en el hilo de discusión!

¿Que visitar?

  • La santa Cueva: Toda la leyenda sobre el rey Pelayo se centra en esta cueva, que da cobijo a la Virgen de Covadonga, apodada cariñosamente la Santina.
  • La Basílica: De principios del siglo XX, está construida en piedra rosácea y marmórea suministrada por la misma montaña de Covadonga.
  • Museo de Covadonga: Este edificio del primer cuarto del siglo XX, construido para ser una hospedería, alberga hoy el museo de Covadonga.
  • Colegiata de San Fernando: No permite visitas al interior, pero merece la pena admirar el exterior.
  • Monumento al Rey Pelayo: De la segunda mitad del siglo XX presenta a Don Pelayo con el aspecto de un gigante musculazo y heroico.
  • Campana Monumental: Situada antes de la cueva, esta campana obtuvo la medalla de honor en la Exposición Universal de París.
  • La Fuente de los Siete Caños: a esta fuente se le atribuyen (gracias a la Santina) propiedades casamenteras.
  • Los leones: Magnificas esculturas que escoltan la entrada del camino a la cueva.
  • El Parque del Príncipe: poco concurrido, este jardín es un hermoso paseo con el que podemos deleitarnos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *